¿Qué pasaría si Donald Trump recibiera el Premio Nobel de la Paz? La sola idea parece tan magníficamente audaz que uno podría, no sin un toque de humor negro, compararla con otorgar el Premio Nobel de la Virtud al actor de cine para adultos Rocco Siffredi. Sin embargo, más allá de la sátira inicial, esta candidatura tan controvertida plantea cuestiones profundas y urgentes para todo el mundo. Sitúa al comité noruego del Nobel ante un dilema geopolítico monumental, un verdadero «nudo gordiano» del que no hay fácil salida. Otorgarle el premio sería legitimar una visión del mundo que muchos consideran alarmante; negárselo sería arriesgarse a la ira impredecible de un líder mundial volátil. Hedy Belhassine explora el retrato de un presidente cuya diplomacia se describe como poco más que «una estafa disfrazada de diplomacia», un tipo de extorsión tan potente que, según se dice, haría parecer a Al Capone un aficionado. Sin duda, existe una creciente preocupación en torno a sus capacidades cognitivas, lo que ha dado lugar a un escenario cómico y oscuro en el que, según se informa, se aconseja a los líderes europeos que lo manejen con halagos en lugar de con hechos. En este contexto explosivo, surge una figura inesperada como posible protagonista: Melania Trump. ¿Podría ella, al estilo de una Eleanor Roosevelt moderna, convertirse en la fuerza tranquila y estabilizadora detrás de una presidencia errática? ¿Podría ser ella quien influya discretamente en el destino de Europa y Ucrania, salvándolos de lo que algunos temen que podría ser una venta vergonzosa y catastrófica?